miércoles, 20 de noviembre de 2013

El diario de Conversano.

Nuestras maestras han vuelto de Italia y nos cuentan como ha sido su visita. Carolina, tutora de Educación Infantil, ha descrito la visita a modo de diario. Se nota que ha sido una gran experiencia.
Por supuesto nuestro mejor reconocimiento a un trabajo INCREÍBLE.

¡Hola a todos! ¡Ya estamos aquí!
Bueno… Regresamos el martes 12 de noviembre pero con la incorporación a la rutina escolar diaria no hemos tenido tiempo de contaros nuestra experiencia en este primer viaje a Conversano, Italia.
Es difícil resumir en unas líneas el conjunto de emociones, aprendizaje y experiencias que hemos tenido el privilegio de vivir en tan solo cuatro días con nuestros compañeros  y ahora amigos de  Turquía, Londres y Polonia. No obstante haremos el intento:
El día 7 de noviembre, alrededor de las 7 de la tarde, llegamos al aeropuerto de Bari. Allí nos esperaban nuestros compañeros de proyecto, los ingleses y la coordinadora Donatella de Italia. Estábamos un poco nerviosas, no conocíamos a nadie, además el viaje había sido largo (tren hasta Madrid, avión hasta Roma, avión hasta Bari, y taxi hasta Conversano), pero la primera impresión fue estupenda, la comunicación era en inglés, y aunque solo nuestra Secretaria domina dicho idioma, nos resultó cómodo (sin saber, la que no sabe…) comprender el hilo de la conversación; claro, nos unía un objetivo común: Conocernos, dar a conocer nuestro trabajo y  compartirlo.
Total que nos subimos al taxi que nos llevo a Conversano. Éste nos dejó en el hotel. Allí nos esperaban los Turcos y las Polacas. La dueña del hotel nos recibió cariñosamente y con una amabilidad que nos hizo sentir como si estuviésemos en casa, y este trato fue así durante toda la estancia. Apolonia se llama. Un encanto de señora. Nos ha mimado como si fuésemos sus hijas. Llegamos justo para la cena. Allí se cena a las 20:30!!!. Se nos hizo muy temprano, imaginaros que en España cenamos más tarde, pero como no nos dio tiempo de comer en todo el día nada (salvo alpiste de canario que se le ocurrió a Carolina  llevar en el bolso: Barritas de cereales) pues nos vino estupendamente que fuese tan temprano.
La primera cena algo extraña, porque aunque era difícil comunicarse (unos hablando en italiano, otros en turco, otros en polaco, de español nada de nada, inglés), al final, por medio del inglés, cada uno en su medida de dominio, todos nos entendíamos, curioso ¿no?.....
Al día siguiente: Viernes  8 de noviembre a las 9 de la mañana caminábamos dirección a la primera escuela con seis clases. Nos recibieron en el patio, con canciones populares de Italia, después cada clase hizo un círculo dónde nos invitaron a entrar. Sonó el himno de cada país y bailamos con los niños. Después  dieron un regalo a cada coordinador de cada país. Posteriormente los niños volvieron a sus aulas y nosotros visitamos las dependencias de dirección y las aulas del  colegio.  Estuvimos bailando en el pasillo con los niños, pasamos a sus aulas, les enseñábamos nuestra bandera, un libro de imágenes de Alcázar que les encantó, les dábamos nuestros trabajos como regalo y les encantaba, lo recibían con mucha alegría.
  
 A las 12 del medio día, nos prepararon una comida en la sala de profesores con la colaboración de todas las familias. Platos típicos a rebosar, para no pasar nada de hambre. Delicioso todo.

El mismo día a las 14h nos trasladamos caminando a la segunda escuela. Aquí había tres clases. Más pequeñita y familiar. En ésta nos recibieron con ¡la banda de música!
 

 ¡Un recibimiento  maravilloso!, como el de la escuela anterior.  Seguimos a la banda de música por el pasillo hasta llegar a un aula común, donde nos esperaban los niños sentados con mensajes de bienvenida, escritos en los distintos idiomas. Cantaron su himno y algunas canciones, después cada coordinador de  cada país explicó a los niños de dónde venía, como era ese lugar y les entregó los regalos (trabajos hechos por  los niños de su país). Luego nos enseñaron sus aulas, preciosas, sus rincones  comenius, como en la anterior escuela, precioso trabajo de maestras y niños. Y después…. A merendar, que … como habíamos comimos muy temprano…. Nos tenían una mesa repleta de dulces típicos, tartas, café, té, leche… Todo hecho por madres y amigas de las maestras. Unas personas encantadoras que es difícil de describir con un solo adjetivo.


canción por pablo-serranom Con el estómago lleno y feliz, por el cariño que recibíamos tanto de niños como de maestras como de compañeros de comenius, alrededor de las 16:30 volvimos al edificio principal para hablar del proyecto. La coordinadora, Donatella, nos recordó los objetivos del proyecto, hablamos de las actividades que habíamos hecho, y de las que debíamos seguir haciendo. De los próximos encuentros, del trabajo  que debía preparar para esos encuentros, etc... En la sala de audiovisuales cada país hizo la presentación de su escuela y de su logo y ahí fueron las votaciones. Nuestro logo fue elegido como representante de todo el proyecto. Imaginaros la cara de alegría y felicidad, ¡quién lo iba a imaginar!

  

 Bueno parece que por fin acaba este día de trabajo, de emociones y de experiencias. Volvimos al hotel para descansar un poco antes de la cena. Deciros que entre tanto estrés, no parábamos de hablar con los turcos, los ingleses, las polacas y todo en inglés.
Después de la cena, estábamos tan llenas de comida, que, ¿quién se iba a dormir?, decidimos dar un paseo nocturno por Conversano, se unieron nuestras amigas las italianas. Pasado el paseo, decidimos tomarnos una, pero… no cabía la copa en el estómago, entre risas y buen ambiente, acabamos todas tomando una “camomila” (manzanilla), para el dolor de estómago es lo mejor.  Bueno ya es hora de dormir.
Al día siguiente, sábado 9 de noviembre, evidentemente no hay colegio. Nos tenían preparada una excursión para conocer el pueblo donde estaba su escuela. Nos enseñaron Conversano al completo. El domingo 10, nos llevaron a Alberobello y a Polignano a Mare, dos pueblos preciosos a pocos kilómetros de Conversano.
El lunes 11 de noviembre vuelta al colegio. Visitamos la tercera escuela. Nos recibieron maravillosamente en su hall con la bandera de Italia, con canciones y con juegos. Después visitamos las aulas, estuvimos con los niños, bailamos con ellos, cantamos, les hablábamos de nuestro país,y de Alcázar de San Juan.  Estuvimos con ellos hasta las 14h. Por la tarde tuvimos tiempo libre para ir de tiendas. Siempre acompañadas de nuestras amigas italianas.
Por la noche tuvimos la cena de despedida, todas las maestras de las escuelas de Italia nos acompañaron, cenamos, bailamos música italiana y para finalizar, la tarta: Tenía el logo ganador del encuentro, el nuestro. Después de la tarta un brindis por el encuentro, todo había sido perfecto. Ahí se saltaron las lágrimas, imposible contenerlas, era la despedida, oooooooh, pero no el final, sino el principio.
  
 Y esto es todo muy resumido. El martes 12 de noviembre volvimos a Bari para coger el avión llenas de cariño, alegría, con nuevos amigos, con muchas ganas de seguir trabajando en este proyecto en el que nos hemos embarcado y ya…, pensando en cómo vamos a recibir a nuestros nuevos compañeros de trabajo y amigos cuando vengan a España.
Ha sido una experiencia maravillosa que no se puede describir con adjetivos. El poder compartir con otros maestros nuestro trabajo y nuestra pasión por enseñar. El poder compartir  con otros niños nuestras emociones, darles la mano, secarles la cara cuando lloran  (nos extrañaban), algún moquete que se ha caído y hemos limpiado, como no.  El comunicarnos, aunque no nos entendían el lenguaje oral, pero si el expresivo….
Ha sido un conjunto de sucesos que esperamos se repitan en los siguientes encuentros.
Y sin nada más que contar nos despedimos:
Carolina, Ana y Rosalia.




Tres maestras de El Santo, que han viajado a Conversano, Italia. 

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